CUATRO CORAZONES CON FRENO Y MARCHA ATRÁS, es una de las obras más logradas de Enrique Jardiel Poncela. Cuenta la historia de cinco personas que no sólo se convierten en inmortales sino que, descontentos con ello, cuatro de ellos acaban rejuveneciendo.
Tras ingerir el elixir de la eterna juventud, los protagonistas creen haber encontrado la solución a todos sus problemas y haber alcanzado la felicidad absoluta, sin embargo lo que parece ser algo maravilloso se convierte en una existencia insoportable que los sumirá en la desesperación.
La obra se representa en tres actos bien diferenciados, pues cada uno de ellos muestra un momento diferente en el tiempo.
La adaptación de Sergio Coronado ha conseguido escenificar y ambientar con éxito notable el lugar donde ocurren los hechos en cada uno de esos tres actos. Con un escenario que requiere poco attrezzo y mobiliario la sensación es todo lo contrario gracias a la proyección de imágenes detrás de los personajes que llevan al espectador al lugar exacto donde se desarrolla la trama.
Es una obra divertida, con un humor fino e inteligente propio de Enrique Jardiel Poncela. Una obra atemporal y apta para todos los públicos, si bien los menores tendrán más dificultades de entender la gracia de algunos de los chistes y sus dobles sentidos.
El espectador que asiste a nuestra obra disfruta en todo momento pues tanto lo visual como lo convencional transportan a cada cual al interior de la trama y le hace partícipe de los acontecimientos de la propia historia. De forma sutil, pícara e inteligente se cuestionarán la existencia humana, la inconformidad y el descontento de las personas por no tener lo que se quiere, o por tener lo que se quería.
Adaptación: Sergio Coronado;